viernes, 18 de diciembre de 2009

Día de los Inocentes (28 de diciembre)

Tiene un origen trágico y sangriento, pero se ha transformado en un día para hacer bromas de toda índole o divulgar noticias falsas como si fueran ciertas para engañar a la gente...

En Hispanoamérica y en España es usual que cada 28 de diciembre se realicen bromas y que los medios de comunicación publiquen información falsa de tal modo que parezca real. Pero muy pocos recuerdan que el Día de los Santos Inocentes o simplemente Día de los Inocentes es la conmemoración de una masacre: la matanza de todos los niños menores de dos años nacidos en Belén, ordenada por el rey Herodes el Grande con el fin de deshacerse del recién nacido Jesús de Nazaret, según consta en el Nuevo Testamento.

"Herodes entonces, cuando se vio burlado por los magos, se enojó mucho, y mandó matar a todos los niños menores de dos años que había en Belén y en todos sus alrededores...". Mateo 2:16

Más allá de hacer bromas pesadas o engañar con noticias falsas, esta fecha debería servir para reflexionar sobre el asesinato sin justificación de muchos niños y niñas en todo el mundo, víctimas inocentes del terrorismo, del abuso y la crueldad.

¿Cómo olvidar que cerca de un millón y medio de niños fueron asesinados durante el Holocausto? Arrancados de sus hogares y despojados de su infancia, muchos presenciaron el asesinato de sus padres, hermanos y parientes; se enfrentaron al hambre, la enfermedad y el trabajo brutal, antes de terminar en las cámaras de gas.

ÁNGEL DE LA MUERTE


"Cuando nace un niño judío no sé qué hacer con él: no puedo dejar al bebé en libertad, pues no existen los judíos libres; no sería humanitario enviarlo a los hornos sin permitir que la madre estuviera allí para presenciar su muerte. Por eso, envío juntos a la madre y a la criatura". Palabras monstruosas de Josef Rudolf Mengele que lo pintan de cuerpo entero.

Apodado “el ángel de la muerte”, Mengele fue un médico y criminal de guerra nazi, especialmente conocido por sus experimentos con seres humanos en el campo de concentración y exterminio de Auschwitz, donde torturó a cientos de niños inyectándoles sustancias químicas en los ojos para intentar cambiarles el color, realizando amputaciones y otras cirugías brutales sin anestesia.

Tenía una enfermiza obsesión con los gemelos y al menos en una ocasión, intentó crear siameses artificialmente, mediante la unión de venas de dos pequeños hermanos de cuatro años. Lo único que consiguió fue que los niños sufrieran una terrible infección que los llevó a la muerte.

TERROR EN LAS ESCUELAS

El 13 de marzo de 1996, la pequeña localidad escocesa de Dunblane se convirtió en el escenario de una tragedia sin sentido cuando Thomas Watt Hamilton, un ex líder Scout soltero de 43 años, ingresó a una escuela primaria y mató a tiros a 16 niños de entre cinco y seis añitos, antes de cometer suicidio.

Los pequeños se encontraban en su clase de gimnasia con su profesora, Gwen Mayor, quien también murió tratando de proteger a los niños con su propio cuerpo.

Y en setiembre del 2004, una treintena de extremistas chechenos e ingusetios convirtió a la escuela Nro. 1 de Beslán de Osetia del Norte en el lugar donde ocurrió la peor masacre terrorista en la historia de Rusia, en la que murieron más de 300 personas, de las que 186 eran menores de edad.

Era el primer día del mes de setiembre -fecha en la que se iniciaba el año escolar- y muchos de los niños habían acudido acompañados de sus familiares a la ceremonia de inauguración cuando los terroristas tomaron como rehenes a unas mil personas presentes en el lugar.

Una niña que logró escapar con vida contó que su abuela le pidió a uno de los secuestradores que dejara en libertad a la pequeña y ella se quedaría en su lugar, a lo que el extremista respondió: “Necesitamos niños, no necesitamos viejas”.

La condenable acción terrorista finalizó dos días después, el 3 de setiembre del 2004, en un espeluznante baño de sangre, cuando un enfrentamiento entre los extremistas y las fuerzas de seguridad rusas acabó con la vida de un tercio de los rehenes, en su mayoría niños y adolescentes.

SHAKEN BABY


¿Alguna vez oyó hablar del Síndrome del Bebé Sacudido o Shaken Baby Syndrome (SBS, por sus siglas en inglés)? Es una forma de maltrato infantil que ocurre cuando un adulto sacude con violencia a un niño pequeño o bebé, ocasionándole graves lesiones internas.

Suele suceder cuando el padre, la propia madre o la persona que cuida al pequeño pierde el control ante los incontrolables llantos del niño y reacciona violentamente sacudiéndolo para que se calle.

Cuando un bebé o un niño pequeño es sacudido, su cerebro rebota contra el cráneo y esto puede ocasionar contusión cerebral, inflamación, presión y sangrado dentro del cerebro, con consecuencias graves como ceguera, problemas cognitivos, daño cerebral grave y hasta la muerte.

Según el Centro Nacional para la Prevención y Control de Lesiones de Estados Unidos, solamente en ese país, cada año son afectados entre 1,200 y 1,600 niños. Tal es el caso de la pequeña Kierra Ashlie Danielle Harrison, quien falleció a los 14 meses de edad tras ser sacudida brutalmente por la persona que se suponía tenía que protegerla: la niñera responsable de su cuidado.

Kierra llevaba apenas dos semanas yendo a la guardería. El 3 de marzo de 1997 su vida cambió para siempre cuando la niñera Alicia Daneen Wegner de 33 años perdió el control y la sacudió violentamente. La pequeña no murió de inmediato, agonizó en la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos, falleciendo dos días después.

CRIMEN SIN PERDÓN


Sin temor a equivocaciones, se puede decir que el peor de todos los crímenes que involucran a menores de edad son aquellos que son cometidos por sus propios padres. Uno de los peores casos de abuso infantil que conmovió a la comunidad de Nuevo México fue la muerte de la pequeña Brianna López el 19 de julio del 2002, bajo el cuidado de su papá, su mamá y su tío.

En estado de ebriedad, su padre y su tío se pusieron a “jugar” con la nena. Ambos la lanzaron al aire en varias ocasiones, causando que se golpee la cabeza en el techo unas tres veces y dejándola caer al piso en otras dos oportunidades.

Los resultados de la autopsia de la nena de cinco meses de nacida son estremecedores: moretones, 11 marcas de mordeduras, dos costillas rotas, fractura de cráneo, hemorragia en el nervio óptico y edema cerebral. Su vagina y ano también estaban lesionados: un examen interno mostró una lesión de media pulgada a una pulgada dentro de la abertura anal, laceraciones en el interior de los labios menores y tres pequeñas heridas en el himen. ¡Y solamente era una bebé de cinco meses!

Según los forenses, los daños infringidos a la pequeñita no eran de un día. Ella sufrió a lo largo de su corta vida.

REFLEXIÓN


Lamentablemente, las anteriores son solamente algunas de las espeluznantes historias que implican a víctimas inocentes en todo el mundo. Que el Día de los Inocentes sirva para no olvidar y para luchar contra el maltrato infantil, el abuso y la crueldad contra los niños.

lunes, 10 de agosto de 2009

Diferencias

Hoy amanecí con la sensación de que podría estar embarazada y con toda naturalidad me fui a una farmacia para comprar un diagnóstico de embarazo que me permita salir de dudas. ¡Qué gran diferencia con lo sucedido hace más de 15 años!, cuando las sospechas de estar en ese estado pusieron de cabeza mi mundo de aquel entonces. Con apenas 17 años cumplidos a la vuelta de la esquina y una apariencia demasiado infantil, me fui a un pequeño e humilde centro médico lejos de mi casa a que me dieran la noticia. Miedos y más miedos se apoderaron de mí al conocer que me convertiría en una madre joven, pero con lucha y sacrificios finalmente todo salió bien y mi todavía único hijo cumplirá 15 años el próximo mes.

Hoy fue muy diferente, no por la edad que tengo, sino por la situación. Pero siendo un momento tan distinto, la ilusión es igual de intensa.

lunes, 1 de junio de 2009

La lucha de Airan



Airan es una niña que conocí casualmente y que tiene leucemia. La forma en que la conocí y su lucha contra el cáncer la puedes leer en la siguiente página:
http://www.caringbridge.org/visit/airan

Puedes leer su historia en el siguiente link:
http://www.caringbridge.org/visit/airan/mystory

Puedes conocerla mediante fotos haciendo click aquí:
http://www.caringbridge.org/visit/airan/photos/1

jueves, 28 de mayo de 2009

Mi búsqueda

Ayer tuve que salir de casa a comprar un artículo, que no es necesario especificar. No sabía dónde hallarlo y tenía dos opciones: ir hacia el norte o hacia el sur. Me arriesgué yendo hacia el sur pensando que en esa dirección lo encontraría y caminé y caminé y pregunté y pregunté en varios lugares, pero no hallé lo que buscaba.

Ya me sentía cansada cuando empezó a caer una lluvia menuda que hizo acelerar mi paso. Finalmente, tuve que comprender que hacia el sur no estaba lo que yo andaba buscando e inicié el camino de vuelta. Cuando llegué al punto inicial, a pesar de mi cansancio, no me quise dar por vencida y entonces empecé a caminar hacia el norte. Nuevamente, comencé a preguntar en el camino por el artículo que esperaba conseguir, sin éxito.

Estaba a punto de comprar algo parecido, pero decidí seguir un poco más y fue en el último lugar donde me propuse preguntar en el que finalmente encontré, no lo que yo estaba buscando, sino algo mucho mejor de lo que yo esperaba al salir de casa.

Con este pequeño ejemplo, lo que intento dar a entender es que a veces tomamos decisiones que posiblemente no eran las correctas, pero eso no significa que tengamos que darnos por vencidos, pues si seguimos buscando, posiblemente encontremos algo mucho mejor que ni siquiera imaginábamos.

domingo, 22 de marzo de 2009

Feliz cumpleaños Stefany

Sin temor a equivocarme, este es uno de los mejores regalos que hoy recibirás al celebrar tu cumpleaños número 19. Considero que lo más preciado que las personas guardamos son los recuerdos, y es por ello que mi regalo consiste en algunos de ellos.

Tenía 13 años de edad cuando tú naciste y estaba tan contenta porque te veía como una muñeca con vida; en realidad una muñecota porque fuiste una beba muy grande y muy gordita. Era muy divertido porque yo podía cargarte y darte tu biberón pero no tenía la obligación de cambiarte los pañales.

Yo fui la culpable de que fueras una bebé destructora, pues solías aburrirte rápido en tu corralito y yo te daba unos libros de colecciones de revista, para que disfrutaras arrancándoles las hojas.

Para hacerte dormir, yo me tendía en la cama (boca arriba) y a ti te ponía encima de mi pecho (boca abajo) y te arrullaba de ese modo. No sé si lo sabrás, pero cuando tenías unos meses de nacida, ambas nos quedamos dormidas y me desperté en el instante en que te estabas dando una vuelta y con las justas pude evitar que te cayeras de la cama, jalándote del brazo. Eso te provocó una distensión muscular y mi mamá tuvo que llevarte a la clínica.

Yo estaba muy asustada y pensaba que te había dislocado el brazo al jalártelo de ese modo para evitar que te caigas al suelo, pero felizmente todo se pudo solucionar con unas cremas que te frotaron para el dolor y unos vendajes.

Tenías como un año de edad cuando un día se me ocurrió una locura en plenas vacaciones escolares. Te cargué en mi espalda colocándote en una manta andina, tal como lo hacen las mujeres de la sierra para llevar a sus niños a cuestas. (Esa manta, Yazmín la transformó hace algunos años en fundas para las sillas de mi comedor).

Agarré la bicicleta y me puse a pedalear rumbo a Chosica (desde aquella casita en Chaclacayo de la que seguro no tienes muchos recuerdos) por la Carretera Central contigo a cuestas, una empresa un tanto complicada tomando en cuenta que eras una niña grande y pesada, y que el camino es de subida. Eso sin contar los peligros a los que te expuse, ya que por esa carretera circulan grandes vehículos de carga pesada y de transporte interprovincial. Pero a mis 14 años eso no era relevante, lo que importaba era la aventura del momento.

Con gran esfuerzo de mi parte, llegamos sin problemas al parque central de Chosica y yo sentía que era momento de dar la vuelta de regreso. Ahora venía lo bueno porque el camino era de bajada y podríamos ir a toda velocidad. Estaba en pleno recorrido loco cuando una de las llantas de la bicicleta reventó. Faltaba más de la mitad del camino, nos quedamos sin transporte cerca de El Bosque y no tenía ni un centavo en el bolsillo. Pensar en terminar el recorrido a pie era mi última opción pues tenía cargada en la espalda a una pequeña niña que ya empezaba a aburrirse de la aventura y, además, varios kilómetros nos separaban de nuestro destino.

No me quedó más remedio que esperar al pie de la carretera, a que alguien se apiade de llevarnos gratuitamente. Felizmente no pasó mucho tiempo desde que empecé a ‘tirar dedo’ cuando un señor paró y nos llevó en su camioneta. No puedo recordar el rostro y mucho menos el nombre de aquel señor que nos dejó cerca de nuestra casa, pero nunca olvidaré el gran gesto que tuvo conmigo, con mi hermanita y hasta con la bicicleta que él mismo cargó para colocarla en su vehículo.

De seguro no podrás recordar esa anécdota y seguramente tampoco puedes acordarte cómo empezaste a caminar por ti misma sin ayuda. Yo también hice mis contribuciones, pues solía dejarte sentada en el jardín y te decía: “Chao, Stefany… me voy y te quedas solita”. Y por tratar de seguirme, hacías el esfuerzo de levantarte y dabas algunos pasos antes de caerte nuevamente, pero como estabas en el jardín no te golpeabas realmente. Esa misma técnica la aplicaría años después con mi propio hijo.

Seguro te deben haber contado que demoraste mucho en hablar. Es que todos entendíamos tus maneras de comunicarte y entonces no hacías mucho esfuerzo por usar el idioma. Incluso, mi mamá se asustó creyendo que algo estaba mal contigo porque tenías cerca de tres años y apenas pronunciabas palabras. Pero solamente bastó que entraras al nido para que esos temores desaparecieran. Te veías tan graciosa con tu mandil y tus ‘canutos’ que mi abuelita Sara te hacía.

No se lo cuentes a Ángela, pero en el fondo me sentía contenta de que tú la hayas destronado. Hoy en día, que estás tan grandota y que ya no puedo cargarte más, espero que cumplas la promesa que me hiciste un día antes de cumplir tus 19 años. Te estaré vigilando…

Y esta entrada no podía terminar sin las fotos del recuerdo: en la primera, estás en mis brazos recién nacida y Angela a mi costado; en la segunda, en tu corralito; en la tercera, conmigo en San Juan de Dios; y en las últimas cuatro, con Sergio.








martes, 27 de enero de 2009

De 32 ó 23?

Hace un mes celebré mi cumpleaños número 32. Y aunque pasados los 30, a algunas mujeres les incomoda decir su edad, yo disfruto hacerlo. ¿Será porque, según yo, parezco de 23 y no de 32? Vale la pena soñar... pero la realidad es la realidad y las fotografías son una muestra de ella; por eso les dejo un par de fotos para que saquen sus propias conclusiones.